21 ago 2012

Chitangong Hill Tracks

Por tercer día consecutivo en Chittagong nos enteramos de que necesitabamos un permiso para poder ir a las "montañas" a ver tribus indígenas y alejarnos un poco del bullicio de la ciudad. Para poder ir, tuvimos que visitar el supuesto Gobierno, que tras dar vueltas y vueltas con un ricksaw nos enteramos que estaba cerrado. Era jueves y al parecer, como se había muerto alguien importante habían declarado luto hasta el lunes (el viernes y el sábado es fiesta aquí) así que fuimos a darle pena al guardia de seguridad y nos pasó el teléfono del jefe jefísimo. Nos dijo que fuesemos a su casa y allí que nos plantamos en un periquete. Nos atendió con un tentempié de coco que a escondidas se tuvo que comer Roke a todo correr pq a mi no me gustaba nada. Después de las preguntas de rigor, nos firmó el papelito y nos fuimos!

Nos ibamos el día siguiente pero antes quisimos atar bien el siguiente destino, Sylhet.
Fuimos a la estación de trenes y eso parecía peor que las segundas rebajas. Entre el " oigan oigan que me quitan los billetes de las manos en bangladeshi", nos colamos entre sobacos olorientos y saris sudados. Después del intento, vino el bajón.No había billetes a Sylhet en toda la semana, por el Eid Festival (os venimos hablando de ello desde hace algunas entradas y queríamos dedicar un día entero a explicarlo pero visto lo visto y viendo que vamos retrasadillos en explicar nuestras aventurass, Eid es el fin del Ramadán.Tooooda y cuando decimos toda es toda la gente se desplaza a sus pueblos de origen para celebrar el fin del Ramadán y comer vaca recién muerta  y corderillo hasta reventar. Así es, y por ese motivo no había billetes en toda la semana aunque tal y como estaba la estación, parecía que se terminarían los billetes para siempre jamás)



Nos dijeron que había un autobús que llegaba a Sylhet pero habiendo pasado la experiencia con el bus...no lo veíamos claro así que nos recorrimos todas las compañías hasta dar con la acertada. Era caro pero parecían serios, por lo menos los del mostrador iban con corbata y tarjeta con su nombre.Así que con unos takas en la mano problema resuelto, ya teníamos nuestros billetitos de autobús, pero era segun ellos, el mejor de los mejores. Tenía Aire Acondicionado!







Volvimos al hotel a por nuestras mochilas y desfilamos hacia la otra parte de Chittangong, la llamada Occidente para ir a coger el autobús que nos llevaría a Chittagong Hill Tracks. Nos montamos de nuevo en un autobús de la muerte pero ya concienciados de que al ser de día, el peligro era menor así que se nos hizo el viaje ti-ta.  El primer de los dos destinos era Rangamati, un pueblecito suuper pequeño envuelto de un inmenso lago. Es un sitio 100% recomendable. Muy tranquilo, muy bonito y la gente, super amable. Estuvimos por la tarde con los niños de la parte baja del pueblo, la parte que está arrás del lago. Sus casas estaban hechas de bambú o uralita y en algun raro caso, de barro. Estuvimos riendonos, sacandonos fotos y el problema vino después cuando un poco cansados de tanto alboroto, no nos podíamos quitar a los niños de encimaa!



Ya nos pudimos deshacer de ellos cuando se nos ocurrió, pasar por una de las tantas tienditas a comprar "vendodetodo" a comprar un poco de pan de molde porque a pesar de ser 100% recomendable, al ser ramadán, no te daban de comer en ninguna parte antes de las 7 de la tarde. Compramos el pan con un bote de nocilla (la original) de dos colores y esa fue nuestra cena. Disfrutamos así de las vistas en la terraza de la habitación donde nos estabamos comiendonos una meriendacena de lo más rica! nos pusimos las botas a medias, pq decidimos guardar la otra mitad para la mañana siguiente que nos ibamos a Bandarban y no sabíamos con qué nos ibamos a encontrar.



La mañana siguiente, fuimos derechitos a la supuesta estación de autobuses dirección a Bandarban. De nuevo, autobús de la muerte y con lluvia. Supimos mantener la calma y después de casi 4 horas, conseguimos llegar a Bandarban (ya era de noche!)



Bandadebandalos los que decidieron recomentarnos el dichoso pueblo. A parte de no tener luz de las 11 de la mañana a las 6 de la tarde, el pueblo en sí, no tenía nada de atractivo. Nos recomenaron ir en rickshaw a las montañas montañas y todo lo más que vimos fue una minicascada con la que Roke tuvo un episodio de patinaje artístico con puntuación final de 0.
Decidimos, como ese pueblo no daba de sí ni queriendo, ir a dar vueltas por los alrrededores como buenos exploradores y fue así como encontramos un garito turbio donde servían comida china. Sí amigas, amigos y familia (de Ster) yo, comiendo comida china. Lo nunca antes visto. Creo que me estoy haciendo inmune al arroz frito con huevo.



Como era el único sitio donde podíamos comer, repetimos en el desayuno de la mañana siguiente así que nos y nos dedicamos las horas de esos 2 días a estar tranquilos, a leer, a pasear y a irnos corriendo a duchar porque el calor que hacía en ese sitio, no era ni medio normal.
Ese mismo día al mediodía, nos volvimos a Chittangong con un sabor a medias, porque Rangamati había estado muy bien, pero Bandarban dejaba bastante que desear.



En Chittangong teníamos 5 horitas libres antes de coger el autobús a Sylhet así que nos fuimos derechos a un hotel con aire acondicionado e internet, nos pedimos 2 refrescos y unas patatas fritas y ahí que estuvimos como dos marajás un par de horas, actualizandonos y manteniendo contacto con nuestra realidad.
Seguimos la vida de marajás porque nos fuimos a cenar al único Pizza Hut aprovechando (fue muy gracioso, era el día del cumpleaños! Todas las mesas estaban con celebraciones de chicas con velo celebrando el cumpleaños. En alguna, había algun intruso masculino, igual era el hermano de alguna...que estaba controlando) que estaba al lado de la estación de autobuses y con la panzota semillena, nos montamos en el confortable autobús que nos llevaría a Sylhet.



Solo de apariencia, ya era otra cosa...con luces de neón y con asientos reclinables y el hilo musical del movil del musulmán de al lado, nos disponíamos a pasar 9 maravillosas horas.
Solo nos faltaron las gafas 3d que te dan en los cines porque llegó un punto del viaje en que nuestros asientos botaban más que las colchonetas hinchables de las barracas! botes y más botes, adelantamientos un poco peligrosos pero llegamos por fin dormidísimos a Sylhet a eso de las 8 de la mañana. Solo nos quedaba buscar un alojamiento decente y para eso nos fuimos directos al Dallas


No hay comentarios:

Publicar un comentario